miércoles, 13 de abril de 2011

Cuando ver teatro es una falta de respeto

El público está aprendiendo a ver teatro, afirman los organizadores y protagonistas del festival internacional, mientras las salas se colman de espectadores y reina un ambiente festivo.
Pero es contraproducente comprobar que en varias funciones del evento ha estado ausente la cordura por parte de gente desubicada que no respeta a los actores y al público que quiere ver tranquilo una obra.
El sábado se pudo comprobar ello en la presentación de la obra Septiembre, en el paraninfo universitario. Allí, gran parte de los espectadores (en su mayoría jóvenes) se la pasó haciendo ruidos y levantándose de sus asientos, causando la molestia de los protagonistas. “A nombre de la directora (Yovinca Arredondo) y de mi compañera de actuación (Cecile Montalvan) pido a la gente que no está acostumbrada a ver una obra, que tenga más respeto y que aprenda a diferenciar entre una cancha de fútbol y una sala de teatro”, expresó el actor Guillermo Sicodowska.
Horas más tarde, algo similar ocurrió durante el monólogo Nada del amor me produce envidia, a cargo de la actriz María Merlino en la Aecid. La gente que tosía, hacía sonar bolsas de papas fritas, se levantaba de sus asientos (incluso hubo uno que roncaba) fue una amenaza para la continuidad del espectáculo.
“Lamentablemente no podemos decir a la gente que no entre cuando una obra es para todo público, esos son los riesgos que se corren. Lo que estamos haciendo en estos días, previo cada obra, es instar a la gente (sobre todo a los jóvenes) que guarde respeto, pero tampoco podemos actuar como niñeras”, expresó la coordinadora del festival Mary Carmen Monje.
El tema no es nuevo (en un festival, un actor paró la obra para gritar a los espectadores: “idiotas” ante la falta de consideración), pero es pertinente como parte del objetivo de formar públicos de teatro.

Programa para hoy

Obra: Visión, luz de mis ojos (BOL)
Escenario: Casateatro (15:00) Entrada: gratuita. Jóvenes y adultos

Obra: La última cinta de Krapp (BOL.)
Elenco: Del umbral
Escenario: Centro Cultural Alemán (18:30). Entrada: Bs 15. Todo público

Obra: Lote 77 (ARG)
Escenario: CBA de la calle Sucre (19:00) Entrada: Bs 50 y 25
Jóvenes y adultos

Obra: Palabra de mimo (FRA-BOL)
Elenco: Coia. Sorous
Escenario: Casa de la Cultura (20:00). Entrada: Bs 50 y 25

Obra: Pop (BRA)
Escenario: Manzana Uno (20:00). Teatro de calle (gratis)
Obra: Tanto soñé de ti (MEX) Elenco: Teatro entre 2 Escenario: Aecid (21:00) Entradas: Bs 50 y 25
Jóvenes y adultos

Obra: El Olivo (CHI)
gran Cam (BOL)
Escenario: Paraninfo universitario (20:00). Entrada: Bs 50 y 25
Jóvenes y adultos

Obra: Ala de criados (ARG). Escenario: Eagles (21:00).
Entradas: Bs 100. Adultos

Los Bichos y Malavia, los destacados
La multipremiada producción argentina Ala de criados y la obra franco-boliviana Corpus Texto se muestran como los espectáculos más atractivos de la jornada de hoy en el festival de teatro.
La primera por la expectativa que genera la presencia del director Mauricio Kartún y el elenco Los Bichos, en el montaje de la historia ambientada en Buenos Aires de 1919, donde se agita la revolución social. En ese trajín, las familias de la aristocracia se refugian en un club de Mar del Plata y el ala de criados es una ‘bomba’.
La segunda tiene atención por la actuación de Marcos Malavia, director de la Escuela Nacional de Teatro, en un espectáculo que alterna una serie de reflexiones sobre el arte del gesto y el cuerpo, basado en las pantomimas escritas por Alejandro Jodorowsky para el afamado mimo Marcel Marceau.

Reflexiones

Una actuación lamentable, la del público
Diego Aramburo / Director y autor de teatro
El lunes vimos una actuación lamentable. Fue la del público.
Y, lastimosamente, sucedió en Mis muy privados festivales mesiánicos, de excelentes actuaciones, como la del brillante Pedro Grosman, y un cuidadoso acabado de Percy Jiménez.
Me parece que la joven audiencia fue irrespetuosa ante un espectáculo de muy buena factura por inmadurez, claro, pero también por el hábito de consumir cosas fáciles.
Me explico: los que hacemos teatro y los festivales debemos dedicar parte de nuestros esfuerzos a formar públicos. Existe interés, pues colegios, universidades y la sociedad piden ver y hacer teatro. Y los cultores de la escena, efectivamente, debemos comenzar tendiéndoles una mano con trabajos de fácil digestión, estructura sencilla e idealmente algo de humor. Luego tendríamos que hacernos más exigentes con nosotros y hacia quien nos ‘consume’.
Pero, a pesar de tener ya un buen nivel actoral en el país, entre la selección de lo mejor (que es lo que programa un festival), lo más aplaudido por el público -masivo-, siguen siendo las malas palabras y la histeria. Me pregunto si es eso lo que más estamos haciendo los teatristas. ¿Somos muy complacientes? Si así quisiéramos favorecer nuestra futura supervivencia, nos equivocaríamos, pues la tele entretiene con más recursos, casi sin costo y a domicilio. ¿Estamos actuando bien? Pero no solo artistas y gestores independientes deberíamos facilitar el consumo de no solo enlatados. Toca cuestionar el primer eslabón de la cadena y ver si hay políticas culturales que faciliten la cultivación de la sociedad, ¿qué hacen las autoridades culturales? ¿Entienden siquiera el arte o es ‘la mala actuación original’?

No hay comentarios:

Publicar un comentario