lunes, 30 de abril de 2012

El Festival de Chiquitos plasma la herencia musical

Desde el fondo del tiempo, me mira el abuelo con su violín en posición de descanso. La fotografía rescatada por el franciscano Lorenzo Calzavarini data del año 1918 y revela la continuidad de la música barroca en las Misiones de Chiquitos.

Ahora, su bisnieto, el organista chiquitano Francisco Paz Rocha es el primer aneño en ejecutar como solista repertorio del siglo XVII en el órgano construido por Martín Schmid en 1750.

La iglesia de Santa Ana de Velasco, a 42 kilómetros de San Ignacio, es rústica y pequeña. En el altar comparten callejones las imágenes de la madre de María y una hilera de santos y santas populares, como San Antonio.

Atardece con los bellos tonos azulados y el sopor da una tregua. Mientras esperamos, actúan de “teloneros” tres indígenas del cabildo y seis abadesas, engalanadas con blancos tipoys y collares de semillas, quienes limpiaron desde temprano la capilla y rezaron para que los visitantes lleguemos bien, todos comamos este día y se alejen los malos espíritus.

Luis Rocha nos da la bienvenida, es el segundo maestro de capilla “por encargo del cabildo indigenal desde 1969”. “Les agradezco su visita”, dice en su sencillo español, mientras alisa la camisola chiquitana y junta los pies calzados por las ojotas.

“Ahora van a escuchar un concierto con el único órgano que existe desde hace casi tres siglos en las nueve misiones jesuíticas. Cuando comenzamos la restauración encontramos la parte externa y unos pedazos de los tubos de estaño. Hay inventarios que nos dicen que el instrumento estaba casi completo hasta 1930, pero luego se perdieron piezas. Logramos reconstruirlo y afinarlo y ahora funciona completo”, relata.

El maestro se despide con una pieza local, con su violín, acompañado por otros ancianos que tocan la caja y el tambor.

Francisco Paz Rocha tiene 21 años. Es el menor de ocho hermanos: “En el 2000 comencé a tocar chelo en la orquesta misional de Santa Ana. Pero en 2003 entré a un curso de órgano con un profesor enviado por la prefectura, Waldo Prineo, que es de Urubichá. Primero por una semana, luego por dos meses. En el festival de 2006 aproveché para tomar clases con Sachiko Sakuma y traté de seguir ensayando solo. También conseguí pasar clases con un colombiano. Cuando me fui a estudiar turismo a Santa Cruz, me ayudaron mis padres y hermanos. En 2008 participé como solista con la orquesta. Ahora soy solista y toco piezas de autores anónimos, especiales para pequeños órganos, encontradas en el archivo de Concepción”.

Siente orgullo por ser el primer añeno que toca como solista y agradece a APAC porque gozó de becas para aprender piano y clavecín y ahora quiere enseñar a sus paisanos para que tengan la misma oportunidad.

Menudo, pero seguro y alegre, sube al coro de la iglesia de Santa Ana, abre la caja mágica de cedro del siglo XVIII y comienza la misa y termina con una sonata de hace 300 años. El público lo aplaude y él, sencillo, baja a compartir la segunda parte del programa con su padre, que toca el violín y las “piezas que tenemos para alegrar a las visitas”. Indígenas, abadesas y turistas nos mezclamos en el baile. En el cielo, la luna creciente nos guiña un ojo.

Música barroca
Presentación El Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos” ofreció 18 presentaciones gratuitas en una de sus actividades denominada Domingo Barroco.


Actuación Muchas fueron nocturnas, tanto en la ciudad como en provincia. Una de las grandes atracciones fue la Ópera San Ignacio, que puso a unos 120 músicos en escena.

1 comentario:

  1. Fue uno de los acontecimientos mas importantes que he vivido en el plano de la musica. Realmente una maravilla de musicos y cantantes, una gran puesta en escena. Hizo enmudecer de emocion a toda la audiencia. Fue un regalo que nos hacen hecho los bolivianos a todos los presente en esa hermosa iglesia de San Ignacio.

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