sábado, 20 de octubre de 2012

En el museo costumbrista Daniela Lorini exhibe singamia, su renacer



La muestra estará abierta al público hasta el domingo 28.

El comienzo de un nuevo camino, el desarrollo que viene experimentando la concepción y la evolución de todo un proceso de búsqueda, como el núcleo de una espiral que va creciendo y va teniendo su propia singularidad en el tiempo. Eso es Singamia —cuya acepción deriva de “fecundación” y vendría a ser “doble unión”—, la exposición de la artista plástica paceña Daniela Lorini, que se presenta hasta fin de mes en el Museo Costumbrista Juan de Vargas.
Creaciones con fuego. Lorini, arquitecta de profesión -aunque nunca ejerció-, lleva ya seis años dedicada al pirograbado (diseños estampados con fuego) en distintos materiales como la madera, el cuero y el trupán.
Conoció la técnica cuando vio una pieza de madera pirograbada: “esta pieza tenía las líneas quemadas y no pintadas, tenían una profundidad cuando las toque y me dije: yo podría hacer lo mismo”, recuerda. Ella pinta desde pequeña y le pareció una técnica muy interesante, “porque puedes jugar con diferentes texturas y bajos relieves”.
Consigue los materiales en lugares como la feria de la zona 16 de Julio en El Alto, en sus viajes y en el rescate que hace de cosas antiguas. Le gustan los elementos naturales, como el corocho —“una corteza de árbol que los tacanas utilizaban en su vestimenta”— y las maderas más blancas, casi sin vetas.
Cuanto más lisas, mejor, dice y admite que la superficie opaca de la madera le permite resaltar la variedad de colores contrastados que emplea, los cuales toman tonalidades casi ocres.“Quise darle más vida al pirograbado incorporando el óleo, que te permite tener texturas en alto relieve además colores vivos y fuertes”.
Trabaja con maderas como la del yesquero, “pero me encantan el cerebo, el tajibo y la jacarandá, aunque son bastante difíciles de conseguir en La Paz”.
DISEÑOS ÚNICOS Y ESPONTÁNEOS. Daniela asegura que sus creaciones se originan en un momento para meditar sobre lo que quisiera hacer y luego, con un lápiz, se pone a dibujar directamente sobre la tabla. “Una vez terminado el dibujo a grandes rasgos, empiezo a grabar las líneas con fuego y a profundizar los detalles”.
Si existe algún elemento que le sea desconocido, hace un estudio sobre las formas o texturas, por ejemplo de tejidos o células del cuerpo humano o de la fisiología y anatomía de una planta. “Una vez terminado el pirograbado, empiezo a desbastar las superficies planas con una gubia y después viene el proceso del pintado con óleos”.
Casi todas sus obras son diseños libres y que le salen de la mente. “Tal vez siga a algún artista, pero no tengo coincidencias. Lo mío es una búsqueda grande”. Cada pieza suele tomarle cuatro semanas.

13 obras -que combinan el pirograbado sobre la tabla y la pintura- se podrán apreciar.

“En las exposiciones colectivas en que estuve, nunca vendí nada, porque mis obras no estaban en oferta; pero hasta ahora ya me pagaron por confeccionar cinco encargos”.

Daniela Lorini / ARTISTA PLÁSTICA

EL PÚBLICO BRINDÓ UNA BUENA ACOGIDA A LA ARTISTA. Lorini considera que sus creaciones tuvieron muy buena recepción, “porque se trata de una técnica muy poco usada que he podido enriquecer”.
Mucha gente imagina que sus obras sólo son pintadas, “pero una vez que se acercan y las ven con detenimiento, se dan cuenta de los altos y bajos relieves que el fuego va grabando y quedan conmovidos con el resultado final”.
En Singamia lleva vendidos ya cuatro cuadros, entre ellos el más caro.


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