lunes, 29 de julio de 2013

Javier Michel, un baluarte de las artes escénicas de la danza

Las artes, son una extensión de la mano de Dios, es la obra encomendada para completar, lo divino ya está hecho, la gran pincelada fue dada el último día. Luego, fueron elegidos el mesías, los ministros, apóstoles y los artistas para completar el gran milagro de la vida y la belleza.

El artista, mediante su expresión, logra plasmar la armonía, el equilibrio y el encanto en sus creaciones, es el legado histórico con que se nutren y se retroalimentan las nuevas generaciones. De allí nace que para las artes no existen fronteras ni barreras humanas que impidan su expansión.
En este devenir, nace el desafío de Javier Michel, baluarte de las artes escénicas del baile, primero se enfrenta a sí mismo y luego a la sociedad, decide estudiar danzas cuando pocos varones se animaban a enfrentarse a esa decisión tan difícil y, a una sociedad machista que condenaba el porte de un bailarín.
El joven artista se inicia a los ocho años de edad, por aquel entonces, las academias de baile sólo trabajaban con mujeres, los varones eran sólo un apoyo circunstancial, no se formaban en Tarija bailarines debido a la crítica social y prohibición familiar. El bailarín, tuvo sus propios faros en el cielo.
Javier Michel Iñiguez, nació en Tarija el 29 de noviembre de 1963, sus padres, don Franz Agustín Michel Campero y doña María Antonieta Iñiguez Rojas, de cuya unión son: Franz Alberto; Javier Agustín; Marco Antonio y María Antonieta. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el antiguo Colegio “Antoniano” (La Salle).
Una vez bachiller, se trasladó a la ciudad de Cochabamba con el objetivo de estudiar la carrera de Arquitectura; en el terreno, concibió la idea de estudiar la Carrera de Técnico Forestal por razones de tiempo y comodidad en el horario, así podía continuar con sus estudios de danzas folklóricas. De esta manera se involucra en las danzas dedicadas a las festividades patronales de la Virgen de Urkupiña, y, por añadidura, danzas chapacas. Su condición de tarijeño y único en el grupo, se encarga de enseñar algunos pasos y la coreografía de su tierra. Son seis años que permanece en el Taller de Teatro y Ballet Folklórico de Cochabamba y, participa por tres años en el carnaval de Oruro.
Interviene en las diversas fiestas del Valle Alto de Cochabamba, como integrante del ballet, recorre todo el territorio boliviano formando parte de diferentes estampas del país. El año 1981 y 1982, lo encontramos formando parte del Ballet Municipal de Cochabamba y del Taller de Teatro, cine y televisión de Cochabamba, ocasión en la que consigue roles importantes e interpreta papeles estelares en el grupo, estos papeles eran conseguidos a través de un casting y la presentaciones se realizaban en el Teatro Achá de la ciudad del valle.
De esta manera, se incorpora a la Academia de la Danza de Cochabamba que dirige el célebre maestro Mario Leyes, allí los estudios son más rigurosos, en los ensayos, comprende que estaba retrasado con respecto a sus compañeros, por cuya razón, decide inscribirse y realizar prácticas de baile en diversos horarios, sólo con la complicidad de la Secretaria, llamada Charito, se cumplen sus aspiraciones de ensayar con cuatro estadios de formación, empezaba a las 16;00 y finalizaba a las 22:00 horas, se trataba de un trabajo agotador y reconfortante.
Pasado el tiempo, en ocasión de un curso de Verano del Taller del Ballet de Cochabamba, es invitado a formar parte del elenco estable. Su interés por continuar el perfeccionamiento y la práctica del baile, lo llevan a conseguir un trabajo como operador de radio en una empresa de taxis, trabajaba de 23:00 a 6:00, luego asistía a clases de la escuela Técnica de 8:00 a 14:00, se daba un breve descanso para posteriormente asistir a danzas, era una época de intensa actividad y esfuerzos. Para entonces, ya contaba con dos hijos.
El año 1990, se gradúa en la Escuela Técnica Superior Forestal, hace todos los esfuerzos por conseguir trabajo a fin de continuar sus estudios de danzas, pero ante la imposibilidad, retorna a Tarija, consigue un puesto en el Programa de Rehabilitación de Tierras de Tarija (PERTT) y, casi paralelamente, abre su escuela de ballet el año 1991. Estaba en estas condiciones, cuando el Ballet de Cochabamba le invita integrar la delegación que viajaría en gira por Europa, en razón de la expectativa de un nuevo trabajo, desiste acompañarlos, el resultado fue que no le conceden el trabajo.
En Tarija, era un desconocido en materia de danzas, por ello busca un grupo donde ubicar sus conocimientos y experiencias adquiridas, su timidez fue una barrera que truncó franquear algunas puertas, fue incapaz de conversar directamente con la profesora Ana Canedo de Reyes, lo hace por intermedio de un bailarín de esa academia, el grupo había asistido a Europa en ocasión de los 500 años des descubrimiento de América.
La respuesta que recibió fue negativa, en alusión que la academia funcionaba con alumnos de la propia escuela, por ello, buscó a Janeth Bolívar, quien administraba el instituto de su propia creación y había estudiado en la República Argentina Gimnasia y Musculatura. El contacto logra sus frutos, ofrece un taller de danzas con cuatro alumnos.
El tiempo pasa, llega el año 1991, Janeth Bolívar le comunica que hay exalumnos de la Escuela Municipal de Música Regional que buscan un maestro de danzas, de tal manera, que los organiza para la elección de la Reina del Carnaval, dándoles los principios de la danza clásica, investiga algunos elementos de la música regional, prepara la coreografía y, simultáneamente nace la Escuela de Danzas “Libertad”, era la primera vez que un grupo se presentaba con una coreografía elaborada y con argumentos, era una fantasía con puñales y bombos.
Las primeras clases se impartieron en el patio de la casa de su alumna Tatiana Loza, se utilizaban los maceteros como barras por falta de otro apoyo en el ballet clásico. Tiempo después, Javier Michel, traslada los ensayos a su propia casa, donde acondiciona los ambientes para tal fin.
La ciudad de Bermejo, realizaba el “Festival del Lapacho”, evento trascendente en la vida de los artistas, por ello, le pide a su padre, a la sazón Presidente de Codetar regional Bermejo para que su grupo sea parte de aquel festival, de esta manera participan junto a un Grupo de baile de Asia, intervienen con la danza del Pujllay y música de Los Masis, coincidentemente, el Grupo Musical estaba presente, emocionados, subieron al escenario y congratularon con su interpretación en vivo.
El ballet se consagró con aquel éxito. Otro de sus logros, es la introducción de la poesía en movimiento y es que por primera vez los poemas eran llevados a la danza, acto que fue criticado en su momento, pero después se impuso y en la actualidad es parte de la coreografía de muchas academias del país. Tuvo brillantes presentaciones en los teatros “Gran Rex” y “Edén” de la capital chapaca.
Las propuestas innovadoras de los años 1992 y 1993, fueron de gran impacto en el arte de la danza folklórica regional y nacional. En los años subsiguientes, se presenta en el Festival Internacional de la Cultura de Sucre; asisten al “Éxodo Jujeño” (Argentina), recorren el país y varios países del mundo, como Argentina, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Cuba, Bélgica, Paraguay, España, Islas Canarias, Mallorca, Portugal, Alemania y otros países, en cada presentación, se luce el baile chapaco, chaqueño y el andino, asimismo, el año 2012, actuaron en la inauguración del “Quinto Encuentro Internacional de Escritores”, con asistencia de 13 países, evento realizado en Tarija. Las vestimentas son financiadas de manera personal y por la propia academia, muchas veces confeccionadas por el propio Director, con propiedad manifiesta que tiene más vestuario que muebles.
Javier Agustín Michel Iñiguez, es padre de Miguel Ángel (médico); Javier Jonathan (Ingeniero Industrial) y Oscar Fabricio, la madre, señora Clara Pérez. La Academia de Danzas “Libertad”, tuvo la asistencia de eminentes maestros de baile de Bolivia y otros países; los alumnos se destacan a nivel nacional e internacional; el fruto de sus enseñanzas, son los cientos o miles de bailarines que pasaron por su escuela.
Actualmente Agustín imparte clases a los hijos de sus exalumnos. Uno de sus logros es haber superado la discriminación del varón que se dedica a la danza. Su labor cultural, mereció una serie de distinciones y reconocimientos, tanto en Bolivia como en el exterior.
(*) René Aguilera Fierro, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Tarija, autor de quince obras literarias, promotor y conductor radial de Programas culturales, catedrático universitario, Ingeniero Forestal, Consultor Ambiental y Periodista profesional; Presidente del Consejo departamental de Culturas de Tarija. Colabora con varios periódicos y revistas del país y el exterior.

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