viernes, 19 de septiembre de 2014

Sergio Valencia realizará una catarsis a través del cuerpo



A través del movimiento del cuerpo, Sergio Valencia narra historias donde el desamor se evapora y la esperanza se fortalece en la obra Cuando no hay marcha atrás, que se verá el 20 y 21, a las 20.00 en el Espacio Nuna (calle 21 de Calacoto 8509).

Seis bailarines comparten sus historias, ésas que los marcaron. Así se gestó la pieza en la que los intérpretes hacen una catarsis a través de la danza, dirigidos por el coreógrafo Sergio Valencia. “Como seres humanos estamos muy pendientes de las cosas que nos han pasado, recordamos el pasado y así nos construimos como personas”, indicó Valencia.

Mediante un trabajo de exploración de las experiencias del pasado, situaciones del presente y deseos sobre cómo sería el futuro se creó la obra de danza contemporánea, que dura una hora y cuarto sin intermedios. “Han pasado sucesos importantes en la vida que me han marcado para la creación de esta obra”. Por el grado de profundidad de esta propuesta, Valencia decidió en esta ocasión no bailar y solo dirigir.

“Hablamos de la rutina que tiene cada uno, del despertarse para ir al trabajo o a la universidad. A partir de eso, existe una coincidencia con la vida de los otros. El desamor también es protagonista y es algo que marca en la vida, porque hay que reconstruirse”.

La piel también es una constante dentro de la propuesta. “Yo lo he planteado como lo superficialmente profundo. Para nosotros, como seres humanos, nuestra primera capa de contacto es la piel y por donde tienes contacto con otra piel”, agregó el director.

Pero llega un momento, dentro del relato, que el dolor termina. “El coraje de superarnos, de ser alguien en la vida y encontrarnos se ve en mi obra. Los obstáculos de la vida y el deseo de superarlos se expresan a través del cuerpo”. El elenco está conformado por Haru Beltrán, Noelia Lijerón, Leonarda Achá, Borys Flores, Daniel Soria Galvarro y Sergio Paredes.

“Considero que estoy dirigiendo a grandes valores de la nueva generación de danza contemporánea en Bolivia. Es un lujo para mí trabajar con ellos”, comentó Valencia, quien sigue de cerca los pasos de sus alumnos a través de varios proyectos que realizaron en los últimos años. La puesta en escena se trabajó desde abril para lograr la intimidad que requiere. El precio de las entradas es de Bs 40.

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