domingo, 16 de noviembre de 2014

Revelan murales inéditos que Solón Romero pintó en su casa

En los años 90, Walter Solón Romero retrató en una pared del taller de su casa uno de los episodios que marcó su niñez: la noche en que su padre le leía la novela del Quijote de la Mancha.
Ésa escena fue expresada en uno de los murales inéditos que el artista plasmó en las paredes y los techos del taller de su casa (Ubicada en la zona de Sopocachi), y que su familia y los miembros de la fundación que lleva su nombre decidieron sacar a la luz pública.
"En los últimos años, Solón Romero se dedicaba a pintar murales en las paredes de su taller personal. Había decido pintar en sus paredes la historia de su vida, ya que la mayoría de las obras eran autobiográficas. Él era un gran dibujante”, explicó la directora de la Fundación Solón, Elizabeth Peredo Beltrán.
El taller del artista potosino se encuentra en el tercer piso de la Casa Museo "Walter Solón Romero”, que abrió sus puertas en 2006. Desde que murió se mantuvo cerrado y bajo candado. Sin embargo, tras 15 años de su partida, la familia decidió abrir el espacio al público y mostrar los murales. "Nadie ha ingresado a este espacio más que la familia del artista. Ahora la gente podrá apreciar estos murales que pintó el maestro”, aseguró Eduardo Incla, encargado de Cultura de la Fundación Solón.
Al entrar al taller del creador potosino lo primero que se percibe en la parte superior de la puerta de ingreso es uno de los murales en los que el maestro plasmó las etapas más relevantes de su niñez. "Dibujó a su papá contándole sobre la historia del Quijote”, señaló emocionada Peredo.
A unos pasos, en la siguiente pared, se observa un mural inconcluso en que se destacan los bocetos de varios dibujos en blanco y negro sobre sus viajes a China, París (Francia) y otros países. "Sabemos que al maestro no le gustó como quedo esa obra y decidió taparla con una pared falsa”, recordó.
Entonces, los funcionarios decidieron sacar la pared y salvar la obra. "Son dibujos impresionantes en los que narra grandes relatos, como sus encuentros con artesanos y historias de las dinastías chinas, entre otras”, dijo Peredo.

En el otro extremo de la habitación se halla otro de los murales en los que Solón Romero reflejó su visión sobre la colonización y el falso discurso de los 500 años del encuentro de dos culturas que era promovido por los diplomáticos españoles. En esa obra, plasmó una de las ideas del escritor Eduardo Galeano, quien planteaba: "que con toda la plata del Cerro Rico de Potosí se hubiera construido un puente”.

Sin embargo, Solón Romero perpetuó esa idea a su manera y pintó un puente construido con cuerpos y esqueletos.
Al lado, se observa plasmada en la pared la silueta de un Quijote. Frente a esa imagen, en medio de la sala, se halla un pilar en la que sobresale otro Quijote elaborado de piroxilina y relieve de papel mache rojo.
A unos pasos, se percibe otro de los murales en los que el maestro plasmó su mirada sobre la ciudad de Potosí y la explotación minera. "Reflexionó mucho sobre el tema de la colonización”, dijo la directora.
En otra de sus obras pintó uno de los hechos que más dolor le causaba: la desaparición de José Carlos, el hijo de su esposa y compañera de toda su vida, en la dictadura. En las otras piezas se imponen las siluetas de soldados, ángeles y otros.


Para conservar la esencia del maestro, los responsables de la fundación conservaron los muebles en el mismo lugar en que los dejó el artista antes de morir. "No se ha movido nada. Lo único que realizamos fue la instalación de las luces”, dijo Peredo.
En el lugar, destacan la mesa donde dibujaba, el sillón en el que se pasaba horas y horas leyendo, dos caballetes de madera y sus colgadores.
A unos pasos, se encuentra un estante con más de 300 libros que datan de los años 40. En el mismo mueble, se guarda el violín y la radio casetera de Solón Romero. Otra de las piezas invaluables que se guarda es una escultura de hojalata. "Es el sol piedra. Al maestro le gustaban las piedras porque decía que conservaban la memoria”, enfatizó Peredo, quien desde hace más de ocho años busca preservar el legado del muralista.

Una casa que guarda sus grandes obras
En la Casa - Museo de Walter Solón Romero se guarda desde sus primeros dibujos que datan de los años 40 hasta sus tejidos que realizó cuando estaba en el exilio.
"Solón Romero es conocido por sus series de los Quijotes, pero en realidad tenía una variada obra. Hacía grabado, acuarela, óleo, textiles, tallados, dibujos a tinta y otros”, explicó la directora de la Fundación Solón, Elizabeth Peredo Beltrán.
Según la directora, el artista también incursionó en la creación de los retablos de madera. "Ha dejado varias piezas que aún no había pintado”, sostuvo.
En el repositorio se conserva una serie de grabados de los Quijotes, que son un testimonio de la resistencia a las dictaduras y la imposición autoritaria.
Entre las series que pintó se encuentra El Quijote y los perros concebida durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971) y que fue una denuncia de la desaparición de José Carlos Trujillo, su hijo mayor.
Otra de las colecciones es El Quijote en las minas (1976) que muestra y denuncia la intervención militar a las minas. A esa serie le sigue El Quijote en el exilio ( en los años 80) en la que plasmó su historia cuando fue exiliado luego de su detención por parte de la dictadura de los 80.
Años más tarde, entre 1986 y 1990, plasmó la serie El quijote y los ángeles en la que critica a los políticos de la época que usurparon la democracia.
El crítico de arte, José Bedoya expresó que a partir de 1986 el muralista emprendió también una serie de trabajos entre los que destaca El retrato de un pueblo en el que concreta toda su visión del país con sus luces y sombras.

Solón, una vida dedicada al arte social
Vida Nació el 8 de noviembre de 1923, en Uyuni, en el departamento de Potosí.
Estudios Se graduó como profesor de Arte y Dibujo de la Escuela Nacional de Maestros de Sucre. Cursó en la Escuela de Bellas Artes de La Paz y Sucre. Murió el 27 de julio de 1999, en Lima (Perú).
Trayectoria En 1944, realizó su primera exposición en el Salón del Aficionado de Sucre. Desde entonces, se caracteriza por expresar en sus obras los sufrimientos y las demandas del pueblo. Se unió a la corriente de artistas e intelectuales comprometidos con el cambio social en el país y fundó el grupo Anteo.
Galardones Fue nombrado Gran Premio Nacional de Arte en Bolivia (1927). Fue Doctor Honoris Causa de la Universidad Mayor de San Andrés (1998).
Iniciativa En 1994, Solón Romero comenzó a construir la Fundación que lleva su nombre y donó su casa / taller para esta tarea. Una de las temáticas que aborda esa institución es el medio ambiente.

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