miércoles, 5 de abril de 2017

‘Economía naranja’ no pinta todavía en Sucre y en Bolivia



Una idea encadenada con tecnología, creatividad e innovación puede convertirse en un bien o un servicio cultural, dice Ronald Poppe, director de Cultura y Turismo de la Universidad Andina, pensando en el turismo mundial que no toca aún a Sucre por falta de visión.

Sucre y Bolivia no pueden darse el lujo de perder la oportunidad de subirse al tren del desarrollo basado en la 'economía naranja', que está relacionada con la concepción de 'turismo cultural' o 'turismo creativo'. Da la sensación de que en todo el mundo, menos en nuestro país, se han dado cuenta del valor estratégico de las industrias creativas.

La posibilidad de que una idea pueda convertirse en un bien o un servicio cultural, encadenándola sobre la base de la propiedad intelectual, es el motor de la economía naranja, también conocida como 'economía creativa', explica a CAPITALES Ronald Poppe, director de Cultura y Turismo de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB).

Recuerda que el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001, produjo un verdadero sismo en la economía mundial porque Estados Unidos tuvo que cerrar las puertas de su país ante la amenaza terrorista, con lo que millones de visitantes dejaron de llegar a ese mercado, el mayor exportador y receptor de turismo en el planeta.

En ese punto crítico de la historia contemporánea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) introdujo la noción de lo naranja ligado al valor agregado que generan las industrias y empresas culturales.

El rol del BID

El BID, recuerda Poppe, contrató a dos consultores, Iván Duque y Felipe Buitrago, para saber si era posible que la cultura se convirtiera en un vector de desarrollo, “en una transversal que fuera utilizada para la lucha contra la pobreza, en simbiosis con el turismo”.

Según Buitrago, el universo naranja está compuesto por la economía cultural y las industrias creativas (en cuya intersección se encuentran las industrias culturales convencionales) y por las áreas de soporte para la creatividad.

¿Por qué naranja?

El color naranja se suele asociar a la cultura y la creatividad, desde los jeroglifos del Egipto antiguo hasta las celebraciones modernas de Halloween. Este color está relacionado con los rituales y eventos culturales, artísticos y religiosos.

Gestores culturales

En criterio de Poppe, “el problema mayor es que todos en nuestra ciudad y en el país se creen 'gestores culturales', por lo tanto tienen la capacidad de dirigir proyectos a diestra y siniestra”. Es más, señala que “se tiene un total desconocimiento de la gestión cultural, todos creen que han nacido conociéndola”.

“Lamentablemente no se toma en cuenta a los gestores culturales profesionales que existen en Sucre y en el país. Son muchos aquellos que han estudiado y se han preparado académicamente, pero a nadie le importa un comino”, agrega él.

Poppe considera que la cultura debe ser tomada en forma más seria.

La economía naranja en cifras

3 % del PIB) mundial represente la economía naranja.

29,5 millones de personas están relacionadas directamente con la actividad cultural.

2,5 veces los gastos militares de todo el mundo representa este tipo de economía.

2,25 billones de dólares son los ingresos de las industrias culturales y creativas del planeta.

0.1 % de esa cantidad es 22,5 millones de dólares.

1,93 billones de dólares son los ingresos por el mismo concepto en América del Norte y del Sur.

175 mil millones de dólares es el movimiento cultural de América Latina, comparable con la economía de Perú.

800 millones de dólares al año mueve el Cirque du Soleil, la archiconocida compañía artística canadiense.

1 de cada 10 empleos en Buenos Aires depende de las industrias de la economía naranja.

33 millones de suscriptores tiene Netflix (empresa comercial de streaming multimedia), que reporta ventas de 3.600 millones de dólares al año.

3,9 millones de personas participaron en 2010 en el XII Festival Latinoamericano de Teatro de Bogotá. Sacaron a los artistas a las calles.

43.000 obras de museos y colecciones de arte más importantes del mundo se comparten por Google Art Project (proyecto con las mayores galerías para mostrar las obras en alta definición).

850.000 visitantes, que movieron 628 millones de dólares, estuvieron en un Carnaval de Río de Janeiro.

100 horas de video y más son subidas cada minuto a YouTube, acumulando hasta 6.000 millones de horas de video.

Cuestionamientos

CAPITALES, desde que acompaña las ediciones de CORREO DEL SUR, viene recogiendo distintas visiones de actores culturales y representantes de sectores productivos de la sociedad que cuestionan la realidad de Sucre y Chuquisaca en materia de turismo.

El director de Cultura y Turismo de la UASB, Ronald Poppe, plantea que las instituciones responsables de las políticas de turismo introduzcan las nuevas concepciones (que datan ya de hace 10 o 15 años) para poner a la capital del país a tono con la búsqueda del desarrollo económico sobre la base de la cultura y el turismo.

La propuesta a la que se refiere él se fundamenta en la riqueza del talento, en la innovación y, sobre todo, en las raíces de los pueblos, en la cultura ancestral.

Algunos ejemplos

Poppe cita algunos ejemplos de fiestas culturales con un enorme potencial desaprovechado en Sucre. Una de ellas, la más popular: la Entrada Folclórica de la Virgen de Guadalupe. Estas tienen celebraciones similares, como el Gran Poder o el Carnaval de Oruro, con la diferencia de que ambas mueven 80 millones y 150 millones de dólares al año, respectivamente, mientras que la Entrada de la Virgen solo 2 millones de dólares, según cálculos aproximados que ha recogido el mismo gestor cultural.

La misma lógica se puede aplicar al Pujllay de Tarabuco y al Festival de la Cultura. Según Poppe, estos dos, productos culturales que en décadas pasadas supieron descollar en el ámbito del turismo internacional.

“Los turistas culturales son gente universitaria, profesional o jubilados, que tienen plata. Vienen y gastan”, agrega el Director de Cultura y Turismo de la UASB, quien destaca a continuación que, en el marco del turismo creativo, “el turista no quiere ser más el que mira: quiere participar”.

Por instinto

En su criterio, la economía naranja se aplica en Sucre pero instintivamente. “Tenemos que ordenarnos para que el efecto multiplicador de nuestras actividades culturales sea mucho más interesante”.

Esta industria gira alrededor de la arquitectura, artes visuales y escénicas, artesanías, cine, diseño, editoriales, investigación y desarrollo tecnológico, software, juegos y juguetes, moda, música, publicidad, televisión, radio y videojuegos. En fin, todo lo relacionado con la creación, la producción, la representación, la exhibición, la comunicación, la distribución o la venta de material protegido por el derecho de autor, según una cita de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Finalmente, Poppe, sobre la base de conceptos que se manejan en todo el mundo, afirma que “de lo que se trata no es de desarrollar la cultura y sus oportunidades de manera aislada”. Por eso, remarca, “hay que ponerle más cultura al desarrollo”.

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